Cada cuerpo de agua revela algo distinto.

El rumor de un río entre los árboles. El vapor que sube desde una terma. El hielo que se quiebra al sol. El mar que espeja un atardecer en silencio.

Desde las lagunas altiplánicas hasta los fiordos patagónicos, desde las termas escondidas entre bosques sureños hasta los glaciares que se derraman al océano, nuestros recorridos fluyen entre canales, ríos y mares.

Porque navegar, sumergirse o simplemente contemplar es también una forma de habitar el viaje. Y en cada orilla, una historia espera ser descubierta.